Las organizaciones auténticas el reto de los 20 siguientes años
Sumándonos a la singular visión de Frederick Laloux ”Reinventar las Organizaciones”, acerca del indefectible camino que han de recorrer Empresas e Instituciones, trátese de las de ánimo de lucro o no, durante los siguientes 4 lustros, es gratificante compartirles nuestro aporte a sus apreciaciones, como quiera que hemos vivido durante los últimos 30 años, la experiencia de conocer organizaciones de diversos sectores y por ende su cultura, sus aciertos, sus miedos y sus expectativas.
Aunque los siguientes aspectos son importantes de revaluar y transformar de acá en adelante, para ser considerada como una Empresa/Institución TEAL (auténtica) existen otros que no son menos clave, pero que ustedes pueden estudiar más detenidamente y trabajar sobre ellos en un contexto aplicable a su Organización.
- Tener un propósito evolutivo – léase una intención sana de mantenerse sustentablemente en el tiempo, generando beneficios a sus clientes/públicos relevantes. Ya no bastará proclamar una misión (para qué estamos/existimos); será importante decir qué deseamos para los demás y para nosotros mismos, que sea valioso, trascendente y que como condición indispensable, NO CAUSE DAÑO a nadie, ni a NADA.
- Considerar la familia, como centro – a diferencia del paradigma actual de contratar el saber y el tiempo de los colaboradores, es contribuirle a éstos con su tranquilidad en el trabajo, lo que se reflejará en una vida familiar en armonía y crecimiento/desarrollo de sus integrantes.
Regresar a lo fundamental, decimos en nuestra Compañía antes de ser arrollados por “el afán de hoy” (no sentido de urgencia, que es mucho mejor).
Notarán quienes desean transitar hacia este nuevo estadio (TEAL), que las Empresas requerirán entonces líderes inspiradores, que se interesen genuinamente por la familia de sus equipos humanos de trabajo.
- Propiciar la autogestión – Lo que se traducirá en “creer en la gente”, y por lo tanto, equilibrar la responsabilidad que les asignamos con la autonomía que les endosamos (empoderamiento real).
Si la confianza es, más que una consecuencia (yo confío en mi Organización sí y sólo si…) una decisión personal, las Empresas que deseamos ser de acá de en adelante, deberán propiciar la confianza como un valor CAPITAL de las mismas, para que, el resultado sea personas que confían unas en otras; grupos que confían en los otros grupos; directivos que confían en su equipo y viceversa.
- Permitir al personal, su plenitud en el trabajo – Que no es otra cosa que dejar que “Natalia “sea al interior de la Empresa, la Natalia que en su casa conocen; con sus aciertos, sus errores, su alegría, sus emociones, sus aspiraciones. Que de la misma manera, sus públicos relevantes puedan manifestarse auténticamente, sin inhibirse ante la fría cultura de la Organización, o al estilo SECO de un jefe o un compañero. Donde no ocasione prurito alguno, el hablar de ternura, amistad, amor por el cliente, pasión por los resultados.
Donde la alegría se premie a cambio de castigarse; donde ser asertivo no es mal visto, y donde la retroalimentación sobre el desempeño y desarrollo se practique en dos vías…
- Sintonizarse GENUINAMENTE con el cliente – A cambio de sólo “tratar de ser empáticos” con él .
No obstante la interacción con los clientes, poder hoy hacerse por diversos canales, ellos deben estar diseñados para que el trato con éste sea más intenso, más humano y con capacidad resolutiva inmersa en la autonomía del titular del cargo que atiende.
Una de las recomendaciones que no perderá vigencia en las Organizaciones acá tratadas, es la de “conocer profundamente al cliente”. Por supuesto, más allá de solo hacerlo para manipularlo o manejarle sus necesidades latentes (no conscientes para él).
En el libro de Laloux – mencionado al principio – él ilustra con ejemplos de 12 Organizaciones, esta recomendación. Sobretodo, el singular caso de la empresa holandesa de servicios de enfermería llamada Burtzorg.
- Migrar auténticamente de lo complejo a lo simple – Que no es otra cosa que reducir esa forma complicada de HACER las cosas al interior de la empresa <burocracia>, que vuelve lenta su respuesta al cliente. En décadas pasadas, se le denominaba aplanar la Organización, a veces para reducir costos, no necesariamente para tener mayor cercanía al cliente o para agregar valor.
Una vía simple para hacer esto realidad, se inicia eliminando reuniones innecesarias, empoderando “de verdad” a las personas, para que tomen decisiones sin tanta instancia de por medio y propiciando un flujo sano de la información.
Si todos sabemos qué pretende la Organización, y además nos lo cuenta, será más fácil alinearme con ella desde mi mente… y mi corazón.