La Inteligencia Emocional, clave para el logro de relaciones constructivas
Los límites de la inteligencia, vienen
fijados por el mundo de los valores.
Desde hace 35 años aproximadamente, empezó a tomar relevancia el componente inteligencia emocional que los seres humanos poseemos, dentro del caudal de inteligencias del que disponemos: racional, musical, social, espiritual, cinestésica <Mr. Bean>, quinestésica <Charles Chaplin>, geométrica <diseñadores industriales, arquitectos…>.
Si las personas somos seres sociales ante todo, una prueba ácida que experimentamos a veces, es la de sostener relaciones interpersonales positivas, duraderas y auténticas.
Muchos son los fracasos de la gente talentosa, ocasionados por su baja destreza emocional, esto es, la escasa o nula habilidad para administrar la inteligencia emocional propia y la expresada por su interlocutor. Como alguien precisaba sobre las buenas relaciones.
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Simpatía, es CAER BIEN sin hacer nada
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Antipatía, es CAER MAL sin hacer nada
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Empatía, es la capacidad de SINTONIZARSE con los sentimientos del otro.
Es común escuchar que inteligencia emocional hace referencia al “CONTROL” de mis emociones. Por supuesto que ella sí incluye esta variable, pero esta creencia queda desvirtuada, al saber que el autocontrol es en las personas una consecuencia y no una causa, lo que implicaría que la persona, dependerá del significado que en su mente tiene sobre la palabra o el hecho “que le hizo descontrolarse”.
Veamos un ejemplo:
El jefe de Martín va hasta el escritorio donde éste trabaja, y lanzándole sobre el mismo un documento que éste le entregara el día anterior, le dice: “oye este trabajo es realmente mediocre. Dónde es que estudiaste tu carrera?”.
Cuántas buenas personas dejaron de aportar su potencial
y su capacidad, debido a no aprobar el exámen que le practicaron
de su inteligencia racional…Frente a esta situación hay dos posibilidades: la primera, que el término mediocre tenga en la mente de Martín una connotación negativa (ofensa), entonces su respuesta puede ser sonrojarse, palidecer, o responderle a su jefe en forma automática con una frase que “equilibre” la herida ocasionada.
La segunda, que el término no repose en su mente como algo negativo, caso en el cual Martín le pedirá ampliación sobre qué es lo que no está bien del trabajo (forma, contenido, fuentes de información, gráficos de reporte). Así mismo, le dirá con gran tranquilidad y orgullo el nombre de la Institución donde se graduó…
La inteligencia emocional va más allá; considera por lo menos veinte aspectos, los cuales pueden agruparse para una mejor comprensión en aquellos asociados a la persona misma, y de otra parte los asociados a su relación con otros. Veamos:
1. Autoconocimiento – incluye: autoconciencia emocional, autoevaluación precisa y autoconfianza.
2. Auto-gerenciamiento – incluye: autocontrol, confiabilidad, conscientización <proactividad>, adaptabilidad, orientación al logro e iniciativa.
3. Conocimiento social – incluye: empatía, conocimiento organizacional y orientación al servicio.
4. Habilidades sociales – incluye: liderazgo, influencia, comunicación, cambio <como catalizador> manejo de conflictos, construcción de lazos, trabajo en equipo y desarrollo de otros.
El éxito, es poder uno(a) mirarse al espejo y
¡sentir orgullo de la persona que ve!…Al igual que todas las inteligencias ya mencionadas, se hace necesario ejercitarla y fortalecerla para lograr ganar competencias que la conforman. Esto quiere decir, que se deberán revisar los paradigmas (creencias muy arraigadas) que gobiernan nuestros pensamientos y comportamientos; modificar lo que se requiera y disciplinadamente trabajar en aquellas actividades que mejorarán ese aspecto en nuestro actuar. Acá otro ejemplo que lo impulsará a saber más del tema o entrenarse en cómo hacer los cambios que necesita:
En la variable Autoconsciencia del capítulo AUTOCONOCIMIENTO, al preguntarle a alguien si “expresa” sus sentimientos, éste dice que no. Que hacerlo es su debilidad.
-He pasado momentos muy difíciles muchas veces por no decir a otros cómo me siento frente a una situación, decisión o circunstancia. El caso más relevante quizás es el de cómo definir con mi pareja dónde pasaremos la noche de Navidad y la del Año Nuevo, lo que ha degenerado en que por no generar altercados con mi cónyuge, se traduzca en que las dos fechas mencionadas, las pasemos casi siempre en la casa de sus padres, dejando a los míos sin mi presencia…
Para que esto cambie, esta persona deberá atreverse a expresar – verbal y emocionalmente- que se siente inequitativamente tratado. Que le gustaría que esa costumbre cambiara y que para las próximas festividades de fin de año desea y requiere negociar a dónde ir. Es posible que la reacción de su pareja no sea tan negativa como la que él o ella podría esperar…
Una cosa es segura: usted puede con un plan detallado de mejoramiento, convertirse en alguien con mayor destreza en el uso de su inteligencia emocional. Y recuerde, no basta con que usted se conozca y se transforme; vive en sociedad y será exigido por sus interlocutores para que los comprenda y entienda. ¡He ahí el secreto!